Geografía 4º año Berni


Petróleo y conflictos en el mundo







Trabajo práctico

Conflicto Palestino - Israelí






 Bandera del Estado israelí y de la Nación Palestina,





Mapa de la colonización Israelí en Palestina



El muro en Palestina





La ciudad de Jerusalén


Materiales de trabajo:





Estados, naciones y territorios

Kurdistan 

Los Kurdos.


El kurdo es un pueblo indoeuropeo que habita en la región montañosa del Kurdistán al suroeste de Asia, repartida principalmente entre los Estados soberanos de SiriaIrakTurquía e Irán. También existe población kurda en un área geográfica más extensa, que abarca desde los Montes Taurus hasta el oeste de las mesetas de Irán; y desde el Monte Ararat hasta el pie de las colinas contiguas a las llanuras mesopotámicas, con enclaves significativos en el extremo oriental de Siria y en Armenia y la Provincia Autónoma de Najichevan en Azerbaiyán.

Los kurdos son en su mayoría musulmanes suníes, aunque una importante minoría todavía sigue la religión tradicional kurda, el yazidismo.

Si bien los kurdos se distinguen por elementos como la lengua, el kurdo, existen variantes idiomáticas por todo el Kurdistán. En la región kurda de Turquía se habla el kurmanji y en la Anatolia turca, el zaza. En el norte de Irak se habla el sorani y los kurdos deIrán, además del sorani y el kurmani, también hablan distintos dialectos en el sureste del país.

El pueblo kurdo es la minoría étnica más grande en el Medio Oriente que no se encuentra establecida en alguna forma de Estado nación. Son entre 55 y 60 millones de personas (no existen censos rigurosos), aproximadamente un 45% de los cuales vive en Turquía, un 25% en Irán, otro 25% en Irak y un 5% en Siria. Hay también una importante diáspora kurda en Europa occidental, sobre todo en países como Alemania, el Reino Unido y Suecia.

Tras la Primera Guerra Mundial, en la que apoyaron a los aliados contra el Imperio otomano, los kurdos lograron por medio del Tratado de Sèvres el reconocimiento de la independencia de su país. Sin embargo, este acuerdo internacional nunca se ratificó y fue sustituido por el Tratado de Lausana, que repartió el territorio kurdo entre los actuales Estados entre los que se encuentra dividido.

Con el fin de la Primera Guerra Mundial, las potencias vencedoras se repartieron el Medio Oriente. Las conferencias posteriores en la ciudad de Sèvres discutieron la forma en que se repartirían los territorios que habían estado bajo dominio del Imperio otomano (turco). El presidente de Estados Unidos, Woodrow Wilson, envió a la Comisión King Crane para tratar en las negociaciones la cuestión sobre la creación de un Estado armenio independiente. Más tarde, la Comisión recomendó la creación del Kurdistán en una cuarta parte del territorio de Anatolia (hoy Turquía). El informe sugería que ambos estados serían administrados como mandatos de Estados Unidos.

En la mesa de negociaciones, Francia aceptó la creación de un estado kurdo, con la reserva de que no incluyera ninguno de los territorios kurdos que habían sido garantizados a los franceses por el Tratado Sykes-Picot. Los participantes en la Conferencia de Sèvres fueron Gran Bretaña, Estados Unidos (como observador), Francia, Italia, Japón, Armenia, Bélgica, Grecia, Hiyaz (hoy Arabia Saudita), Polonia, Portugal, Rumania, el estado serbio-croata-esloveno (más tarde Yugoslavia), Checoslovaquia, Turquía y una delegación kurda que actuó como observadora en las discusiones concernientes al Kurdistán. El resultado de la conferencia fue un proyecto de tratado de 433 artículos, firmado en Sèvres el 10 de agosto de 19205 pero nunca entró en vigor ya que las partes concernientes no lo han ratificado.

Aunque el Tratado y en específico el artículo 62 definió las fronteras y la hipotética composición del futuro Kurdistán, muchos territorios con abrumadora mayoría kurda situados al oeste del Éufrates fueron arbitrariamente excluidos. El Kurdistán concebido por el tratado hubiera sido un país con dos terceras partes de su territorio eliminadas, incluyendo sus áreas fértiles y sus tradicionales tierras de pastoreo. A partir de estos hechos, generaciones enteras de grupos nacionalistas kurdos han recurrido a este tratado para presentarlo como reconocimiento de la causa kurda en el derecho internacional.

En respuesta al Tratado de Sèvres, el general Mustafa Kemal Atatürk y los grupos nacionalistas turcos pusieron en práctica sus planes para la liberación de Turquía de la ocupación extranjera, consecuencia del desmembramiento del Imperio otomano. Mustafa Kemal apeló al elemento religioso para unificar a kurdos y turcos e hizo un llamado encaminado a la completa unidad en la lucha contra los invasores de las “sagradas tierras musulmanas.”

La guerra de independencia turca logró su mayor victoria militar mediante la “gran ofensiva”, que culminó el 9 de septiembre de 1922 con la derrota del ejército griego en el Egeo y la Anatolia occidental. Por su parte, los aliados se apresuraron a reconocer de facto la independencia política de la nueva república, temiendo que la Turquía kemalista pudiera pasarse al campo soviético. Bajo este razonamiento, el Tratado de Lausana, firmado por Gran Bretaña, Francia, Italia, Japón, Grecia, Rumania, la República Serbio-croata-eslovena y Turquía el 24 de julio de 1923 reconoció al Estado turco y dividió el territorio de los kurdos. A lo largo de toda la guerra, los oficiales turcos se dedicaron a combatir cualquier “amenaza” emergente dentro del territorio, específicamente la formación de organizaciones o asociaciones expresamente kurdas.


El Tratado de Lausana fue una victoria innegable para los turcos. Para los kurdos, marcó el comienzo de una nueva fase de sometimiento. Los artículos del 40 al 45 especificaban que las minorías en cuestión eran las “minorías no musulmanas” (armenios, griegos etc.). Las autoridades nacionalistas de Ankara se rehusaron a incluirlos entre las minorías protegidas por las estipulaciones constitucionales. Al mismo tiempo, las autoridades turcas adoptaron políticas demográficas tendientes a alentar a los turcos a regresar y equilibrar el peso a su favor en la nueva república. A partir de este momento la insurrección kurda se convirtió en un fenómeno endémico dentro del marco del Medio Oriente, caracterizado por levantamientos armados en Turquía, combinado con periodos de enfrentamientos en Irán e Irak a lo largo de todo el siglo XX.



El país Vasco

Palestina e Israel

 Los gitanos 



Bolivia y sus naciones


El conflicto en el Tibet.




El tibet.

El Tíbet es una región autónoma del suroeste de China, situada en el Asia Central, cuya capital es Lhasa. Conjunto de tierras de gran elevación (más de 4.500 m), rodeada de las cordilleras de mayor altitud de la Tierra. En el concepto occidental "Tíbet" puede referirse a Región Autónoma del Tíbet o RAT (una subdivisión administrativa de la República Popular China), o al Tíbet histórico que consiste en las provincias de Amdo, Kham, y Ü-Tsang.

La lengua mayoritaria es el tibetano. En el Tíbet se encuentra la montaña más alta del mundo, el monte Everest (8848 msnm), haciendo frontera con Nepal.

4 claves del conflicto:

1.       Cronología de un desencuentro.  En 1950, el Ejército chino invadió el Tíbet. Ese año, el 14º Dalai Lama, Tenzin Gyatso, asumió con sólo 15 años la Jefatura de Estado. En 1951, los líderes tibetanos son obligados a firmar un tratado que pone la región bajo la administración de China. A finales de esa década, la violenta represión del levantamiento popular causa más de 90.000 muertos. El Dalai Lama y sus ministros se instalan en Dharamsala, al norte de la India, donde continúan hoy. En 1966, en plena Revolución Cultural china, más de 6.000 monasterios budistas fueron destruidos y millares de monjes y monjas murieron. En 1994, la comunidad tibetana en Suiza acusa a China de la muerte de 1,2 millones de tibetanos.
2.      ¿Qué reclaman los tibetanos? Tradicionalmente piden la independencia. Sin embargo, en 1979 el Dalai Lama abogó por el «camino intermedio», que conlleva la renuncia a la independencia a cambio de una autonomía que permita al Tíbet conservar su identidad. En 2005, el Dalai Lama aceptó en una entrevista que el Tíbet es parte de la República Popular China.
3.      ¿Qué dice el Gobierno chino? El presidente del Tíbet, Qiangba Puncog, ha señalado que la población de la región «luchará contra el separatismo, a favor de la patria unificada, y en pos de mantener la estabilidad».  
4.     ¿Quién es el Dalai Lama? Premio Nobel de la Paz en 1989, Tezin Gyatso es el líder espiritual de una de las cuatro escuelas del budismo tibetano, la escuela Gelug. Además es el líder político de la región. Desde su nombramiento se ha reunido varias veces con las autoridades chinas.

El Tibet ha sido un país que ha sufrido numerosas invasiones por parte de sus vecinos chinos, mogoles (fueron quienes cedieron el poder a los Dalai Lama), manchúes, nepalíes e incluso de Inglaterra; en la primera parte del siglo XX se han repetido los intentos de ocupación del Tibet, por parte de China, que culminaron con la anexión definitiva en 1949.

Inglaterra, que tuvo grandes intereses comerciales en la zona, fue mediadora, en un principio, del conflicto para dejar después las manos libres al gobierno chino. Así, los ingleses envían sus tropas al Tíbet, en 1904, para contrarrestar la creciente influencia rusa en la zona. El Dalai Lama huye a Mongolia permaneciendo en el exilio hasta 1911. En 1906 los ingleses ceden al imperio chino la soberanía en el Tibet a cambio del pago de una sustanciosa indemnización. Un año después, los gobiernos británico y ruso firman un acuerdo de no injerencia en los asuntos tibetanos. Pero los tibetanos no se resignan a la ocupación china y, en 1912, los expulsan proclamando su independencia, que se verá teóricamente refrendada dos años después en la conferencia que los gobiernos británico, chino y tibetano celebraron en Simla, donde se alcanza un acuerdo sobre las relaciones fronterizas. En 1918 se produce un nuevo intento de invasión por parte china. Con ayuda británica se acordó una tregua que fue rota con una nueva guerra entre 1931 y 1933, tras la cual el Tibet tuvo que ceder parte de su territorio. A pesar de todo el Tibet mantuvo su independencia hasta 1949, en la que se inicia la invasión definitiva de los chinos tras la revolución maoísta.

LA INVASIÓN DEFINITIVA

En 1949 los nacionalistas de Chang Kai Chek abandonan su guarnición en Lhasa y la recién nacida República Popular China, liderada por Mao Tse Tung, inicia una obstinada reclamación territorial sobre el Tibet proclamando que «irán a liberar al Tibet de los invasores extranjeros y reintegrarlo a la Tierra Madre». China envía un ejército de 80.000 soldados que impone con facilidad un Acuerdo por la Liberalización Pacífica del Tibet, el cual confirió a dicho país la defensa y la representación en política exterior del Tibet dejando la política interior en manos del Dalai Lama.

Sin embargo, este hecho es sólo un primer paso en la estrategia anexionista del gobierno de Pekín y, en 1950, los chinos penetran en Lhasa ocupando definitivamente el país de las nieves. En 1956 se crea la Región Autónoma del Tibet provocando el levantamiento del pueblo tibetano y la creación de una guerrilla en contra de la ocupación y de la política china de instituir comunas populares, copiadas de las establecidas por el régimen comunista tras la revolución. Sin embargo, la guerrilla, pobre, desorganizada y mal dirigida, fue fácilmente aplastada por el Ejército chino. El acto final de la revuelta popular se produce el 10 de marzo de 1959 con la trágica represión de una multitudinaria manifestación pacífica por la independencia en la que mueren, según todos los datos, miles de tibetanos y que provoca la huida del Dalai Lama y de sus seguidores a Nepal y la India. A pesar de diversas resoluciones aprobadas por la Asamblea de las Naciones Unidas condenando estos hechos, la anexión se consuma.

LOS «CUATRO ATRASOS»

La derrota de la resistencia tibetana permitió que los chinos comenzaran a desarrollar la política que tenían preparada para el Tibet y que se vino a denominar como la de los «cuatro atrasos»: la religión (budista, omnipresente en la vida del pueblo tibetano), la forma de vida atrasada, la cultura y, sobre todo, la forma de pensar de sus gentes.

Cuando las tropas chinas entraron en el Tibet, el país todavía seguía siendo un territorio alejado e inaccesible tanto para Occidente como para sus propios vecinos asiáticos. El sistema gobernante era una teocracia budista y la sociedad tibetana estaba organizada en rígidas clases sociales, con una minoría de terratenientes que ostentaban numerosos privilegios, aunque, por supuesto, este hecho no fue el detonante de la invasión.

La ocupación ha supuesto la destrucción de monasterios y la reconversión de muchos de estos templos en sedes oficiales para el Gobierno chino o en centros de negocio turísticos. El número de monjes budistas ha disminuido hasta el punto de que podrían quedar en la actualidad sólo un millar. Las denuncias sobre persecuciones, encarcelamientos y asesinatos del clero han sido reiteradas y hablan bien a las claras de cómo los ocupantes pretenden resolver uno de los «atrasos». La prensa occidental, durante estos años de ocupación, ha venido publicando dramáticas noticias de monjas y monjes que habrían sido obligados a tener relaciones sexuales en público, el confinamiento de miles de tibetanos en campos de trabajo forzoso o cómo los locales sagrados han sido convertidos en establos o graneros, amén de la destrucción de piedras labradas con mantras (rezos) sagrados, bibliotecas que atesoraban manuscritos centenarios y la persecución de muchos eremitas que fueron insultados y ridiculizados públicamente llegándose incluso a torturar a los mismos.

El Tibet, además de tener un subsuelo muy rico en minerales, detenta una gran importancia económica y geopolítica: se calcula que un 25% de los mísiles intercontinentales de cabezas múltiples de China están desplegados en suelo tibetano. El  colonialismo chino se extiende, así mismo, a la utilización del suelo tibetano, un ecosistema único en el planeta, como vertedero de material radiactivo y muchos bosques han sido talados de manera indiscriminada para la obtención de madera que nunca se queda en el país.



LA REPRESIÓN POLÍTICA

Las detenciones y encarcelamientos por motivos políticos en el Tibet continúan. El Gobierno tibetano en el exilio denuncia torturas por parte del Ejército. China lo niega, pero tiene cerrado el país a cal y canto. La entrada de periodistas está prácticamente prohibida y los turistas sólo pueden viajar a unas zonas escogidas, bajo el control de las autoridades. China, por supuesto, nunca ha reconocido su papel de invasor del Tibet y mantiene que dicho acto fue la «liberación pacífica de una región oprimida que siempre había pertenecido a China», «liberación» que, sin embargo, no permite hablar en su propia lengua a los tibetanos: todos están obligados a hablar chino.
El  Tibet, el «techo del mundo», se enfrenta a una dura situación. Ocupado por uno de los países más poderosos de la Tierra, sus tradiciones ancestrales están siendo atacadas brutalmente y sus gentes sufren la miseria, la persecución y, en muchos casos, la muerte. Es otro ejemplo más del colonialismo salvaje, que antaño destruyó numerosas sociedades en América, África y Asia.
Quizá la apertura de China al mundo, en un despertar que aterró a Napoleón y que —al parecer— hizo que pronunciara la famosa frase «Dejad que China duerma; cuando despierte, el mundo temblará» sea un hálito de esperanza para los tibetanos, pues la política de este país con el Tibet será inaceptable para la sociedad global en que ya vivimos. Pero, por supuesto, esto no deja de ser una entelequia: el futuro del pueblo tibetano depende de su propia lucha y del apoyo de todas las fuerzas sociales que luchan por hacer un mundo más justo.


Mientras llega ese momento, es seguro que los tibetanos seguirán esperando, a la sombra del Chomolungma, la montaña que nosotros llamamos Everest y que marca la frontera entre Nepal y Tibet, la liberación de todos los seres. Si algo ha enseñado la historia es que las convicciones no se cambian a base de culatazos.




Aquí les dejo los materiales audiovisuales para que puedan terminar el trabajo. Cualquier duda, o consulta, me ven el colegio. 


Tiempos modernos de Charles Chaplin.


Títeres de sombra.



Trabajos con mapas y cartogramas. 

Grupo 1



Mapa de cables submarinos de fibra óptica


Grupo 2



Grupo 3


Mapa de Mc Donals - histórico. 
Expansión de la empresa en el mundo. 







Grupo 4



Grupo 5






Grupo 6









1º Encuentro de geografía.

Trabajaremos con el siguiente material audiovisual:

El informe Klisberg: Los Excluidos. Canal Encuentro.



Algunos cartogramas que utilizaremos la próxima clase: 


Mapa de Potencias mundiales según PBN


Mapa anamórfico de población. 

Mapa anamórfico de Mortalidad infantil (2002)
 Mapa anamórfico de población con HIV

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